MOVIMIENTO VECINAL

 

Los vecinos exigen a los burgomaestres soluciones para sus Distritos 

 
No cabe duda de que estamos asistiendo a un renacer de los movimientos vecinales. No se nos olvide de que en los años 60 y 70 del siglo pasado los movimientos vecinales fueron los cimientos de la democracia. Hoy después de muchos años de silencio, los movimientos vecinales han decidido entrar en el albero cívico para reivindicar las soluciones a los múltiples problemas de sus barrios ante el pasmo de los políticos y de ciertas organizaciones vecinales alineadas con el poder municipal. Los motivos de las quejas son variados: porque les instalaban parquímetros en barrios donde se consideraba que no eran necesarios; porque la plaza donde juegan sus hijos está plagada de toxicómanos y prostitutas; porque un plan urbanístico de recuperación de la muralla ponía en peligro el futuro de sus viviendas; porque una nueva instalación se construía provocando graves daños en los edificios que habitaban... los casos son múltiples. Hay casos en que estas nuevas formas de organización vecinal surgen espontáneamente por una situación de malestar o un problema puntual ante el que los residentes dicen «¡basta!». En otros casos, son una derivación de una asociación vecinal clásica que utiliza la nueva vía por ser más operativa. Y en ocasiones, hay detrás intereses partidistas para «reventar» una medida o crear incomodidad. Aunque también se dan combinaciones de estos elementos: una sincera inquietud ciudadana que estalla sola y en momentos posteriores intenta «reconducirse» desde algunos sectores. Hay casos concretos donde el modelo clásico no llega: «A veces, porque las asociaciones vecinales, en un 90 por ciento de los casos, están al margen de las opiniones políticas, a veces, porque hay colectivos de gente joven que no conseguimos «captar»; y se da el caso de vecinos que se agrupan por problemas concretos que las asociaciones no quieren o no pueden encauzar».
 
La recuperación del movimiento vecinal: una tarea necesaria
 
Aunque muchos concejales, alcaldes y parlamentarios salieron de las Juntas Vecinales, donde se forjaron para la política y la práctica democrática, controlar, coartar y reducir el peso del movimiento vecinal fueron intentos de todas las formaciones políticas, sin excepción.  Una historia que aún hoy continúa.
 
El movimiento vecinal requiere una actualización de sus métodos de trabajo, buscando nuevas formas de articulación de las redes sociales que están presentes en los barrios, distritos y ciudades. Y para hacerlo posible es necesario reforzar nuestra autonomía, nuestro carácter reivindicativo, la búsqueda de fórmulas de participación y los hábitos del diálogo, la paciencia y la crítica razonada. Porque, con todas sus contradicciones y diferencias, las Juntas de Vecinos representan una de las formas más persistentes de participación social, particularmente implantada en los barrios periféricos de las ciudades, donde la gente tiene menos capacidad económica y donde hacen falta mecanismos de multiplicar la "voz" colectiva, silenciada sistemáticamente por los aparatos de gobierno y los medios de comunicación, entretenidos en demasía en "hacer caja" con la cartera de publicidad, en especial la que le proporciona las inmobiliarias, las administraciones públicas, las grandes cadenas de distribución de productos básicos, las empresas de telefonía y electricidad, los bancos y tantos negocios que se perfilan como destinatarios de las iras de los ciudadanos.
 
El reto del movimiento vecinal es dejar de ser -o ser cada vez menos- un movimiento de afectados para ser un movimiento de "ciudadanos", esto es, de practicantes de derechos y deberes.
 
 Maria del Carmen Villagomez
Miraflores :Reseña Historica
 
El 2 de enero de 1857, durante el gobierno del Mariscal Ramón Castilla se declara a Miraflores como distrito.
Los restos más antiguos hallados en Miraflores pertenecen a la cultura Lima (200-700 después de Cristo), durante la época de la colonia estas tierras fueron repartidas a los españoles.

Durante el siglo XVI el Virrey Toledo llamó a los territorios bajo su dominio con los nombres de los Santos Patronos Protectores, escogiendo a San Miguel de Miraflores como patrón y con este nombre se le conocía a este próspero distrito.

Años más tarde el nombre de la ciudad se acorto solo por el de Miraflores, quedando como patrón del distrito el arcángel Miguel; En el ovalo Gutiérrez está la estatua del Arcángel.

El 15 de Enero de 1881, durante la guerra del pacifico se libró la batalla de Miraflores en este distrito.
Actualmente es un distrito próspero, seguro y muy importante del Perú por su gran movimiento comercial, cultural y turístico.

 
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